Ya Li*
Liu Cixin es uno de los mejores novelistas de ciencia ficción contemporánea china. Ha publicado más de treinta cuentos y ocho novelas largas, entre ellas sobresale la Trilogía de los tres cuerpos. Publicado por primera vez en 2006 en la revista Science Fiction, El problema de los tres cuerpos —primer libro de esta serie— ganó una enorme aceptación entre el público chino de inmediato. En 2014 este libro fue traducido al inglés y publicado en los Estados Unidos; al año siguiente fue galardonado con el premio Hugo a la mejor novela —como la primera novela no escrita originariamente en inglés. En los tres años desde su publicación se han vendido más de 200,000 copias de la versión en inglés —esto es, cientos de veces más que muchas otras novelas chinas en los Estados Unidos. Debido a su gran éxito, las traducciones al inglés de los otros dos libros de la trilogía fueron publicadas en 2015 y 2016 respectivamente.
La historia tiene lugar durante la turbulenta era de la Revolución Cultural China. Nuestra protagonista, Ye Wenjie, descubre la existencia de los trisolarianos, que habitan en otro sistema estelar y están buscando un nuevo hogar. Debido a la decepción por la sociedad caótica, Ye revela las coordenadas de la Tierra a estos extraterrestres. Entonces los trisolarianos, que tienen un nivel de tecnología más avanzado que los humanos, envían una gran flota interestelar para atacar la Tierra. En ese momento crucial, un científico chino se da cuenta de que el universo es como un “bosque oscuro”: cualquier civilización que expone su posición pronto será destruida. Con el apoyo de esta teoría, el ser humano amenaza con revelar las coordenadas de los trisolarianos a todo el universo. Esta estrategia detiene temporalmente la invasión y establece un frágil equilibrio entre los dos mundos. No obstante, este equilibrio es finalmente roto por la Tierra misma. En resumen, es una historia sobre el ascenso y la caída de las civilizaciones en el universo. La novela, que involucra la historia humana, física, astronomía, geopolítica, filosofía y ciencias sociales, discute en profundidad cuestiones importantes de la tecnología y la humanidad, la moral y la sobrevivencia. Está considerada como un hito en la literatura china de ciencia ficción y ha despertado el interés unánime de todo el mundo. Mediante el análisis cualitativo y cuantitativo de la evaluación de Tres cuerpos en plataformas web, tales como Goodreads y Amazon, podemos atribuir su éxito en el mercado internacional a los siguientes aspectos:
Primero, la novela cuenta con una imaginación fértil y viva que despierta en los lectores reflexiones sobre las leyes naturales, la existencia y el destino último en el universo. En el mundo ficticio de Liu, donde prevalece la cruel ley del bosque oscuro, el humanitarismo es débil frente a la crisis de supervivencia. Podemos observar a personas que renuncian a la bondad para sobrevivir, y también a personas que se aferran al principio moral en el momento más crítico. Así, al final de la trilogía, cuando la ingeniera aeroespacial Cheng Xin decide cerrar el último espacio habitable, deja una esfera ecológica pequeña “dentro de la cual había agua, un pececito y unas cuantas algas” para dar esperanza al nuevo universo (El fin de la muerte 513). Parece que el autor está intentando decirnos que, aunque los seres humanos son destruidos por su propio mal, también renacen por sí mismos, por su amor y su sentido de responsabilidad. Este punto enriquece la connotación antropológica de la última proposición del universo dándole una perspectiva filosófica dialéctica del dualismo. A través de la lectura de esta trilogía, el público obtiene una experiencia novedosa que se diferencia de la dada por las clásicas novelas del roaming espacial —que generalmente tienen el propósito de aventura o conquista. Esta obra nos permite reconocer los lazos que nos unen con otros y con el conjunto más vasto que es la humanidad, y otorga valor a nuestra propia existencia al permitirnos meditar acerca de ella. Comenta Martiniere que “la Trilogía de tres cuerpos se parece más a un proverbio o una alegoría que a la ciencia ficción contemporánea”, de ahí que “alcanza una altura más elevada que la ciencia ficción general y la literatura pura” (52).
Segundo, la novela está impregnada de un fuerte tinte científico, que se combina armoniosamente con la imaginación literaria y la historia filosófica, presentando de esta manera un ejemplar perfecto de la ciencia ficción dura. En 2014, The Washington Post publicó un artículo recomendando esta trilogía, allí se comenta: “Liu entrelaza con éxito la ciencia dura y la aventura en el debut de esta serie” (Hightower). Publishers Weekly también opina que los fanáticos de la ciencia ficción dura se deleitarán con esta intrincada e imaginativa utopía tecnológica (“The Three-Body Problem”). A diferencia de la mayoría de los escritores chinos de ciencia ficción —tales como Xing He, Han Song, He Xi y otros— que piden el despertar de la conciencia moral en un pueblo alienígena dentro de un mundo posmoderno, deshumano y catastrófico, Liu ha puesto mayor énfasis en la confianza en la ciencia y la tecnología que en la conciencia moral humana. Al respecto, él arguye: “el fin de la moralidad es el comienzo de la ciencia ficción” (Song 111). Deberíamos reconocer que la perseverancia en la ciencia y la tecnología de Liu perjudica hasta cierto punto la legibilidad de sus textos, pero refleja en su totalidad un espíritu valioso de búsqueda de la verdad. En base a este espíritu científico, Liu crea las deslumbrantes escenas del vasto universo, las imágenes lúcidas y evocadoras del infinito cosmos, ofreciendo a los lectores una peculiar experiencia estética.
En tercer lugar, en esta serie se encuentra la huella de los escritores occidentales más famosos de ciencia ficción del siglo XX —tales como Arthur C. Clarke e Isaac Asimov— lo que facilita la aceptación de la novela por parte de los lectores extranjeros. Porque para ellos resulta más fácil montar la narración china desconocida en un marco literario relativamente familiar; de tal modo pueden adquirir un mayor sentido de identificación y de participación. En varias ocasiones Liu Cixin reconoció la influencia de Clarke sobre él: “Si Verne es la persona que me hizo enamorar de la ciencia ficción, entonces el trabajo de Clarke sería la motivación inicial para mi propia creación” (Southern Weekly); “Todos mis trabajos son una torpe imitación de Arthur Clarke” (Li). Según Liu, para que la literatura de una nación goce de una amplia aceptación internacional, lo primero es superar las barreras culturales. La Trilogía de tres cuerpos no se limita a la narrativa nacional china, sino que se centra en el dilema de supervivencia de toda la humanidad en el inmenso universo. Cada lector puede encontrar en este amplio tema su propia conexión emocional con el futuro. Ellos se ven a sí mismos como una comunidad con cierta continuidad y armonía dadas por valores y significados construidos en conjunto y compartidos. Gary K. Wolfe comenta al respecto: “aparentemente, Cixin Liu conoce muy bien cómo llegar a la CF occidental, pero esta no es una novela de CF de estilo occidental, no es una imitación” (“Gary K. Wolfe reviews Cixin Liu”).
Por último, aunque el tema es relativamente universal, el contenido de la novela está dotado de características peculiares de China, lo que contribuye a una experiencia de lectura totalmente nueva. Podemos encontrar en la serie abundantes elementos chinos, tales como la base de Costa Roja, el portaaviones Dinastía Tang, el ejército militar chino, Qin Shi Huang (el primer emperador chino) y muchos más términos relacionados con la Revolución Cultural China. Gracias al trabajo del traductor Ken Liu, estos elementos son transmitidos con precisión y fluidez al público extranjero. El asombroso control del tono del traductor les permite experimentar la novela como una aventura especulativa sin perder el sentido del idioma y la cultura chinos que la hacen única y diferente de las tramas tópicas de la ciencia ficción occidental.
Basándose en las técnicas narrativas de los escritores occidentales, Liu Cixin nos cuenta una historia de ciencia ficción con sabor a cultura china y presenta una fascinante imagen de la vida del pueblo común; al mismo tiempo nos conduce a filosofar acerca del destino final de la comunidad humana, abriéndonos una posibilidad de saber quiénes somos ante los otros, ante el planeta y el cosmos. Su éxito proporciona una referencia para otros novelistas, puede inspirarles confianza en su cultura nacional y naturaleza propia, y estimularles a dejar volar la imaginación.
Notas
* Todas las citas, tanto del inglés como del chino, han sido traducidas por la autora.
Obras citadas
– Li, Fuying. “Liu Cixin: soy escritor, pero también fanático de la ciencia ficción.” (刘慈欣: 我是一个作家,更是一个科幻迷), Shenzhen Evening News, 2 Agosto 2014.
– Liu, Cixin. “Algunos libros en mi camino a la ciencia ficción.” (我的科幻之路上的几本书), Southern Weekly, 13 Septiembre 2007.
––. Death’s End. Translated by Ken Liu, Tor Books, 2016.
––. El fin de la muerte. (死神重生), Chongqing: Editorial de Chongqing, 2010.
––. The Dark Forest. Translated by Joel Martinsen, Tor Books, 2015.
––. The Three-Body Problem. Translated by Ken Liu, Tor Books, 2014.
– Hightower, Nancy. “Three new sci-fi novels imagine frightening alternate realities.” The Washington Post, 25 Nov. 2014, https://www.washingtonpost.com/entertainment/books/three-new-sci-fi-novels-imagine-frightening-alternate-realities/2014/11/25/f8bd6b8e-6e96-11e4-8808-afaa1e3a33ef_story.html.
– Martiniere, Stephan. “The Three-Body Problem Cover. Art”. Tor & Forge Books 1, 2017, pp. 52-55.
– Song, Mingwei. “La variación utópica de la ciencia ficción china contemporánea.” (中国当代科幻小说的乌托邦变奏), Comparative Literature in China, No. 3, 2015, pp. 101-114.
– “The Three-Body Problem.” Publishers Weekly, https://www.publishersweekly.com/978-0-7653-7706-7.
– Wolfe, Gary. “Gary K. Wolfe reviews Cixin Liu.” Locus, 13 Dec. 2014, https://locusmag.com/2014/12/gary-k-wolfe-reviews-cixin-liu/